martes, 2 de septiembre de 2014

Te-veo

Ya todo me da igual. Soy el fantasma entre el humo. La nube azotada por el viento.

He llegado a una superficie profunda y todavía siento todo lo que hay que excavar. Me encuentro en tinieblas, a tientas ando sin mirar. Más he comprendido adónde me conduce tanto sentimiento y he visto hacia dónde corre el torrente de mi fuente: a la nada. Yo soy, ya, nada. Nada es lo que yo soy. He destruido lo que eleva este globo, sólo caigo y caigo más y más.

¡Despojarse de sí suena tan horrendo! He suprimido mi ego: sólo siento tu pesar. Ahora entiendo, tanto, tu aflición. La respeto: conocer a tu enemigo acaba por hacerlo amar. Amo y respeto tu pesar, con la misma intensidad, con la que amo y respeto el mío. O quizás no.

Lo tengo asido entre mis manos, ¡qué pena que duerma aún en tu corazón! Me debato entre dos salidas: dejarme caer hasta dónde me lleve la gravedad o cerrar las puertas y tratar de remontar.

El futuro decidirá. Como he dicho, no tengo nada, ni nada sé ya qué pensar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario